La resonancia magnética (RM) es uno de los exámenes de imagen más avanzados de la medicina moderna. A diferencia de otros procedimientos, no utiliza radiación ionizante, lo que la convierte en una herramienta segura, especialmente en pacientes pediátricos y adultos que requieren un diagnóstico preciso. Sin embargo, muchas personas —y en especial los padres— llegan con dudas e incluso con cierto temor el día del examen. Este artículo busca acompañarte paso a paso para que sepas exactamente qué esperar y cómo prepararte.
1. Preparación previa
- Documentación: se recomienda llevar la orden médica, antecedentes clínicos relevantes y exámenes previos.
- Ropa: debes asistir con ropa cómoda y sin elementos metálicos (cierres, broches, hebillas). En algunos casos, se te entregará una bata clínica.
- Comida y bebida: la mayoría de las resonancias no requieren ayuno, salvo aquellas con anestesia o uso de contraste intravenoso.
- Medicamentos: informa siempre al equipo médico qué medicamentos tomas regularmente; algunos podrían interferir con la resonancia o el contraste.
2. Llegada al centro médico
En Anestimagen, serás recibido por un equipo especializado que revisará tu historia clínica y resolverá tus dudas. En el caso de pacientes pediátricos, los padres son acompañados en todo momento por tecnólogos médicos y anestesistas capacitados en atención infantil.
3. Seguridad y protocolos
Antes de entrar al resonador:
- Se te pedirá retirar relojes, joyas, audífonos, tarjetas magnéticas y cualquier objeto metálico.
- Si tienes implantes, prótesis, marcapasos o clips quirúrgicos, es indispensable informarlo. Estos pueden ser una contraindicación o requerir precauciones especiales.
- El personal confirmará con un checklist de seguridad que todo está en orden.
4. Durante el examen
- Ambiente: ingresarás a una sala aislada, con el resonador en el centro. Es una máquina en forma de túnel, iluminada y ventilada.
- Duración: el examen puede durar entre 20 y 60 minutos, dependiendo de la zona estudiada.
- Ruido: escucharás sonidos fuertes y repetitivos (golpeteos o zumbidos). Se entregan tapones o audífonos para mayor comodidad.
- Inmovilidad: es crucial permanecer quieto para obtener imágenes de calidad. En pediatría, esto puede requerir sedación o anestesia, siempre controlada por un anestesiólogo.
- Comunicación: estarás en contacto constante con el tecnólogo mediante un intercomunicador.
5. Uso de contraste
En algunos casos, se administra un medio de contraste intravenoso (gadolinio) que resalta estructuras y lesiones específicas. Este proceso:
- Se realiza con total seguridad y bajo supervisión médica.
- Puede producir una leve sensación de frío al ingresar.
- Tiene un bajo índice de reacciones adversas, pero siempre se monitorea al paciente.
6. Finalización del examen
Una vez terminado:
- Podrás retomar tus actividades normales inmediatamente, salvo que hayas recibido anestesia, en cuyo caso deberás permanecer en observación hasta la recuperación completa.
- El equipo médico revisará preliminarmente las imágenes y luego un radiólogo emitirá un informe detallado.
7. Resultados
En Anestimagen, los resultados son entregados en formato digital y físico, con posibilidad de discutirlos con el médico tratante. Esto garantiza una atención integral y facilita la continuidad del tratamiento.
8. Consideraciones para padres
En pediatría, la resonancia magnética puede generar ansiedad en los niños. Por eso:
- Se recomienda explicarles el examen como si fuera una “cámara mágica” que toma fotos del cuerpo.
- El acompañamiento de los padres es fundamental.
- La colaboración multidisciplinaria entre tecnólogos, anestesistas y pediatras asegura un procedimiento seguro y amigable.
Conclusión
La resonancia magnética es un examen seguro, no invasivo y altamente preciso. Conocer qué esperar en cada etapa ayuda a disminuir la ansiedad y genera confianza en los pacientes y sus familias. En Anestimagen trabajamos con un equipo multidisciplinario que combina experiencia técnica, calidez humana y protocolos internacionales para garantizar la mejor experiencia.